Rad Power Bikes, una empresa líder en bicicletas eléctricas directas al consumidor, se acogió al Capítulo 11 de protección por bancarrota. La medida se produce después de semanas de incertidumbre, incluidas advertencias a los empleados sobre un posible cierre si no se aseguraban nuevos fondos. A pesar de la presentación, la empresa seguirá operando mientras busca un comprador dentro de los próximos 45 a 60 días.
El camino a la quiebra
Las dificultades financieras de Rad Power reflejan un enfriamiento más amplio en el mercado de las bicicletas eléctricas después de un auge impulsado por la pandemia. La compañía citó 32 millones de dólares en activos frente a 73 millones de dólares en pasivos, incluidos 8 millones de dólares en aranceles en disputa adeudados a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos.
Este no es un incidente aislado; Varias empresas de bicicletas eléctricas a nivel mundial se han enfrentado a dificultades similares a medida que se normaliza la demanda. Sin embargo, algunas empresas, como VanMoof y Cake, se han reestructurado con éxito mediante la quiebra y han encontrado nuevos propietarios. Rad Power exploró previamente un acuerdo para evitar la quiebra, pero fracasó en noviembre.
Preocupaciones de seguridad y cambios estratégicos
La declaración de quiebra coincide con una advertencia reciente de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo (CPSC) sobre los riesgos de incendio en las baterías Rad Power más antiguas, con 31 incidentes reportados. La empresa cuestiona las afirmaciones de la CPSC.
Para agravar los desafíos, Rad Power experimentó cambios de liderazgo a principios de este año y nombró a Kathi Lentzsch como directora ejecutiva para liderar un cambio. La estrategia pasó de un modelo directo al consumidor a un enfoque centrado en el comercio minorista, con el objetivo de ampliar el alcance y fortalecer las relaciones con los clientes.
Qué significa esto para el mercado de bicicletas eléctricas
La quiebra de Rad Power subraya la dinámica en evolución de la industria de las bicicletas eléctricas. El entusiasmo inicial ha disminuido, lo que ha obligado a las empresas a adaptarse o correr el riesgo de fracasar. El modelo directo al consumidor, que alguna vez fue una ventaja clave, ahora enfrenta presión a medida que las marcas buscan un acceso más amplio al mercado a través de asociaciones minoristas.
La situación en Rad Power Bikes sirve como advertencia para otras empresas de bicicletas eléctricas que dependieron en gran medida de la demanda de la era de la pandemia. Adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y abordar las preocupaciones de seguridad será crucial para la supervivencia.
El proceso de quiebra determinará si Rad Power puede salvarse como empresa en funcionamiento o si sus activos serán liquidados. El resultado probablemente sentará un precedente para otras marcas de bicicletas eléctricas con dificultades que navegan por un panorama más competitivo.






























