El rápido desarrollo de la inteligencia artificial avanza a un ritmo vertiginoso, pero el potencial de consecuencias catastróficas sigue sin abordarse en gran medida. Mientras se invierten billones de dólares en A.I. avance, surge una pregunta crítica: ¿cuánto deberíamos gastar para evitar un “apocalipsis de la IA?” Una nueva investigación sugiere que la respuesta es sorprendentemente alta: al menos el 1% del PIB mundial anualmente (aproximadamente 300 mil millones de dólares) sólo para mitigar el riesgo existencial.
Esta cifra, propuesta por el economista de Stanford Charles Jones, eclipsa el gasto actual en seguridad, que apenas supera los 100 millones de dólares anuales. El análisis de Jones, que establece paralelismos con la preparación para una pandemia, sugiere que incluso según estimaciones conservadoras, la devastación potencial de la IA sin control. El desarrollo económico justifica una inversión masiva en medidas de seguridad. Estos podrían incluir financiación para científicos informáticos de primer nivel, expertos legales que negocien controles internacionales y una importante potencia informática para monitorear y contener sistemas avanzados.
La urgencia de actuar
El debate llega en un momento crítico. Como A.I. A medida que aumentan las capacidades, predecir resultados futuros se vuelve cada vez más difícil. La cuestión de cuánto gastar en mitigación de riesgos inicialmente parecía “demasiado abierta” para el análisis económico estándar, pero lo que está en juego exige atención inmediata. Las simulaciones de Jones revelan que en la mayoría de los escenarios, gastar al menos el 1% del PIB está justificado, y algunos modelos sugieren cifras aún más altas (hasta el 8%) si se considera el bienestar de las generaciones futuras.
El enfoque actual es lamentablemente inadecuado. Si bien algunos fondos se destinan a alinear la A.I. Con los valores humanos y la comprensión de sus procesos de toma de decisiones, estos esfuerzos carecen de financiación suficiente. La comunidad global está gastando una fracción de lo que los economistas sugieren ahora que es necesario para evitar resultados catastróficos.
Más allá del riesgo: el futuro económico de la IA
La conversación va más allá de la mera supervivencia. El auge de la IA está remodelando la economía global, con implicaciones para la política laboral, fiscal y energética. En una conferencia reciente, los economistas debatieron cómo los gobiernos aumentarán los ingresos cuando los robots y la IA. dominar la fuerza laboral. La solución probable: pasar de los impuestos basados en el trabajo a impuestos al consumo y al capital, incluidos impuestos sobre las computadoras y los propios robots.
El factor chino
Mientras tanto, China está emergiendo como líder mundial en energía renovable, impulsada tanto por preocupaciones de seguridad energética como por políticas industriales. Mientras Estados Unidos debate la política climática, China exporta paneles solares, vehículos eléctricos y baterías asequibles a naciones pobres en energía, ganando influencia económica y geopolítica. Esta tendencia pone de relieve una divergencia creciente: Estados Unidos puede quedarse atrás en innovación en energía limpia si continúa priorizando los combustibles fósiles sobre el desarrollo de energías renovables.
Conclusión
El costo de la I.A. la seguridad es alta, pero las posibles consecuencias de la inacción son mucho mayores. Los economistas ahora están de acuerdo en que se justifica una inversión significativa en la mitigación del riesgo, pero el gasto actual sigue siendo lamentablemente inadecuado. El futuro de la economía global, y quizás incluso de la humanidad, puede depender de si los gobiernos y las corporaciones prestan atención a esta advertencia.
